DIARIO DE UN KAOVOI (5)

Cuando cumplí los veinte años, mis padres se trasladaron a Springs, y me dejaron a mí la explotación del rancho. 

Mi padre podía vivir suficientemente holgado con sus rentas.

Yo era un espíritu libre, rebelde e independiente

Fui de los pocos jóvenes que estaban emancipados con esa edad. 

A parte de haber estado en los primeros estudios y en el school, dejé de estudiar y me dediqué a vivir de las pocas cabezas de ganado que iba manteniendo y vendiendo a la vez. 

Soy una persona tranquila, y al contrario de las demás personas, no me interesa el dinero, si no tener lo suficiente para vivir. 

Vivo en las montañas, tengo mi cabaña, enciendo la leña en la chimenea en el invierno, y me salgo al porche en el verano. 

No debo nada a nadie, pues no tengo ninguna obligación de pagar nada.

El día de acción de gracias, cogí el tren en San Courage, para ir a Springs, para tomarnos el pavo con mis padres, mi hermano y mis dos hermanas. 

Nos reunimos junto a la mesa y pasamos el dia y la noche.

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